A falta de tensión y pelea en la pista por el absoluto dominio de Mercedes, buenas son las disputas fuera del asfalto para poner un poco de picante al Mundial. A la guerra entre McLaren y Red Bull por el aerodinamicista Dan Fallows, hay que sumar otro pique entre el equipo de la bebida energética y la escudería alemana que tiene su origen en la reunión del Tribunal de Apelación de la FIA que tuvo lugar en París para tratar la exclusión de Ricciardo en Australia.
Durante la vista, Mercedes dijo al organismo internacional que la descalificación de Red Bull hubiera merecido una sanción de tres carreras sin poder participar. El tribunal de la FIA denegó una propuesta que no sentó nada bien a los dirigentes austríacos. Así, en China Niki Lauda ofreció una tarta a los de Milton Keynes para intentar poner un poco de paz entre ambos equipos.
Sin embargo, no se puede decir que la buena voluntad del tricampeón austríaco haya surtido algún efecto, y es que Helmut Marko no ha tardado en mostrar su reacción ante tal gesto.
"Él piensa que todo ha terminado con un pastel, pero creo que la próxima vez que quiera comer pasta con nosotros se deberá poner un chaleco antibalas", comenta con ironía el asesor mostrando la postura del equipo energético.
Pero por si acaso su enfado no hubiera quedado claro, el espía de Red Bull, una columna sarcástica de la escudería, habla del tema en su último escrito.
"Hay algunos labios apretados en nuestra gestión por eso, pero han decidido pasarlo por alto y no comentarlo, pero aquí abajo pueden estar seguros de que diremos a los compañeros del garaje de al lado que pueden dar un empujón a esa estrella de tres puntas".
Fuente: LaF1.es
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