Se avecinan tiempos duros para Ferrari una vez que el pararrayos ha saltado en pedazos. Stefano Domenicali era el muro de las lamentaciones, la mantequilla en el bocadillo, el aceite que engrasaba la máquina allí donde rascaba. Un hombre que hacía demasiado y asumía lo propio y lo ajeno. Porque era un gestor, no un técnico, y se llevó todos los palos de los coches que no construía.
Ahora se ha levantado la alfombra y se ve que el coche no está. Que apechuguen los demás para explicar qué ha pasado, porque ya desde la pretemporada vieron que era duro pero muy lento, lentísimo. Ni está ni se le espera para toda la temporada. El año está casi terminado, por duro que pueda parecer, en apenas tres carreras.Que no hay nada que hacer está asumido por todos los del equipo, aunque públicamente se arrime el hombro y se busquen resultados puntuales, mejoras como este fin de semana en China, alguna carrera que salga buena.
La ventaja de Mercedes, mayor de un segundo y quizás incluso de dos, es inalcanzable e insoportable. Quizás Red Bull pueda meterle mano en alguna carrera, y McLaren si endereza el paso, pero Ferrari ahora mismo está peleando por los puntos fuera del podio porque los alemanes han hecho un gran coche.
Inasumible
Como dicen en Italia, citando fuentes del equipo, "que Red Bull te ganara por una cuestión de alerones y aerodinámica era asumible, pero que te gane Mercedes por motor no lo es, Ferrari debe ser imbatible en este apartado". Cambió el reglamento, como pedía la Scuderia, y no lo han sabido aprovechar, otra vez. De ahí el enfado de Domenicali con todos los genios que fichó, y de ahí el de Montezemolo con él. El chasco es grande, porque además te gana y te barre un rival que vende coches deportivos como tú, esta vez no una marca que vende latas de bebida.
Descorrida la sábana, nadie tiene seguras las próximas horas y días en Maranello. Inevitables días de zozobra hasta que amaine. Se habla mucho de facciones internas, siempre desde quien vive más cerca de Módena, de grupos de poder frente a otros. Los últimos fichajes de Allison y Fry parecen seguros, pero del viejo organigrama de Ferrari es otro cantar.
Porque quien llega alguien nuevo, Marco Matiacci, lo hace de nuevas y con la entereza y los poderes de un recién llegado con mando en plaza. Use o no el bisturí, está apoyado por los dueños de FIAT, es decir de Sergio Marchionne -que dicen que ya quería la cabeza de Domenicali desde noviembre- a John Elkan. Y Montezemolo, su presidente directo, le ha abierto la puerta al centro de las decisiones, el punto fuerte de Matiacci. "Estoy seguro de que volveremos a ganar carreras pronto", señaló Luca.
Unos le ven como Jean Todt, por lo duro del trato y los resultados que obtiene (es conocido por extraer el 120% de los suyos), otros como aquél joven Briatore que venía sin tener idea alguna de las carreras, del marketing de la Benetton, apareció por un paddock para ver al equipo de F1, y ya no se quiso ir.
El nuevo jefe, en China
Está previsto que Mattiacci esté en China desde mañana, dando la mayor imagen de naturalidad al asunto y cambiando de velocidad en cuanto pueda, porque su equipo está en punto muerto y espera una larga marcha. Empezar a preparar ya la temporada y la planificación para 2015, porque ahora son las fechas claves para iniciar el desarrollo del nuevo coche.
Empezar por asegurar los pilotos, porque ahora es el momento más delicado para ellos. Dos campeones del mundo sobre el quinto coche de la parrilla no es un gran atractivo y los cantos de sirena son peligrosos. Empezar a convertirse en un hombre de refundación más que en alguien de transición y seguir fichando. No será fácil y si muy largo.[/quote]
http://www.marca.com/2014/04/17/motor/formula1/gp-china/1397730219.html
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